Si pudiera tan sólo dar
con un impulso el nuevo olaje,
o amarrarme a la niebla
para llegar a tu paso...
Estronaría en tu puerto,
derribaría la puerta
y entre tu cuerpo mojado y el mio
nuevos mares se abrirían.
Flotando en la mañana,
por las aguas frías de la veda,
pienso en vos y susurro:
"Sin perderme, despacito,
dame la mano que tiemblo"
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